Llorar es arriesgarse a parecer una sentimental. Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse. Expresar sentimientos , es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo. Exponer tus ideas y tus sueños, es arriesgarse a perderlos. Amar, es arriesgarse a no ser correspondido. Vivir es arriesgarse a morir. Esperar, es arriesgarse a la des esperanza. Lanzarte, es arriesgarse a fallar. Pero los riesgos de ven ser tomados, porque el peligro mas grande en la vida es no arriesgarse a nada. La persona que no arriesga, no hace, ni tiene nada. Se puede evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente no puede aprender, sentir, cambiar, amar, vivir, Solo una persona que se arriesga es libre. Los riesgos son como abrir una puerta a lo desconosido. Pero que bonita es la vida abrir la puerta correcta de nuestro futuro...........
Despacio, no apures tus besos que haces vibrar mi alma no aceleres las caricias que aprisionan mis sentidos. Detén en el palpitar de tu corazón cuando este dentro del mio deja que la sangre hierva en el frenesí y en el delirio. Despacio dejemos que el tiempo muera que permanezca eternamente congelado, inmóvil entre tu mirada y mi suspiro. Despacio, dejemos que el sudor bañe nuestra piel, la humedezca de deseo, contaminado de amor y pasión. Despacio, permite que muera el tiempo sepultado en nuestras manos y vivamos el destino, por siempre fundidos en mil abrazos........
Fue tu amor una tristeza fue tu amor una alegría y fue la naturaleza que me hizo amarte un día. Y me perdí en tu dulzura y encadené mis caricias para dártelas enteras arrastradas de poesías. Me enamore de tus manos me enamoré de tu pelo y sin tener demasiado te regale un sentimiento.
Qué nos fue pasando entonces, en que rincón de la rutina el amor perdió la última fuerza que tenía? Tu mundo está centrado donde vives, por donde andas, y mi mundo es diferente, mi mundo.... no es nada. Y siempre pasara lo mismo, nunca intentarás amarme, tu en la actitud hiriente de hace lo que me duele, y yo siguiendo la huella de un amor inexistente. Te dejo libre amor mio, aunque por dentro desangre, tu vida está en otros brazos tu lugar en otra parte.......
Fue mucha la sangre acumulada bajo el vuelo siempre siniestro de los girres, Guise y Ayose comenzaron a sufrir reveses en la contienda ya que los extranjeros andaban mejor armados. Sin embargo los dos, soberanos de Fuerteventura veían en sus derrotas el castigopor haber desoído las voces proféticas de las pitonisas. Y así, primero el uno, después el otro, ambos en compañía de buen número de adictos resolvieron entregarse a los invasores. Creyó entonces Tibiabin que se iniciaría una nueva era de fecunda y apacible prosperidad para la isla. Tal vez, como le había oído a ciertos europeos que visitaron Fuerteventura antes de la expedición de Juan de Bethencourt, empezaría el tiempo de paz perpetua y de felicidad que traía consigo el bautismo. Eso pensaba Tibiabin que secretamente guardaba las enseñanzas de aquellos europeos. Eso dijo su hija Tamonante. Y eso repetían ambas a quienes aún se negaban a rendirse. Ya no Guise, si no Luis. Tampoco Ayose, si no Alfonso. Tales fueron los nuevos nombres impuestos al ser bautizados a quienes habían sido los monarcas de Fuerteventura. Y Con sus nuevos nombres, ellos que poseyeron toda la isla, recibieron cuatrocientas fanegas de labrentío y frutal, exentas de tributo durante nueve años. También Tibiabin obtuvo merced de tierras de parte de los conquistadores. Poco a poco propagaron los europeos sus modos y sus normas, mientras recorrían la isla proporcionándose orchilla y otros productos de los que sacaban pingues ganancias. Aprendieron los isleños a confeccionar muchos alimentos, a hablar en otro idioma y creer en otra religión, a cultivar los campos y a construir más amplias y mejores habitaciones. Mas luego que Juan de Bethencourt delegara en su sobrino, el tiránico Maciot el gobierno de la isla, y cuando fue escasa la orchilla y el sequero se agotó las simientes, los europeos trataron con miserable desdén a los isleños muchos de los cuales fueron presos y vendidos. El miedo y las amenazas se establecieron en la isla. Tibiabin y Tamonante, las pitonisas que vaticinaron una nueva época, fecunda y feliz por amor de los extranjeros, sintieron sobre ellas el peso del odio y el desprecio de su gente. Como una maldición secreta pero ineludible. Cruzó el viento sobre los jables (arena) de la isla, persistieron aulagas y verodes bajo el cielo parco de lluvias, Maciot de Bethencourt huyó y vino Hernán peraza a sucederle, y aquella maldición nunca dicha que pesaba sobre Tibiabin y Tamonante hubo de cumplirse. Desembarcaron los piratas en las playas de Fuerteventura y, con asombrosa rapidez, capturanron a algunos pastores y varias mujeres. Tibiabin cayó prisionera. El alisio hinchó las velas del navío cuando sin que pudieran evitarlos los isleños, se alejó de la playa con rumbo incierto. No soportó Tamonante el verse sola, apartada de su madre. El dolor le fue adentrando hasta doblegarla, hasta confundir sus sentidos y anegar su entendimiento como una nube de calima. Nadie reparó en ella cuando se detuvo al borde del barranco de janubio, Ni siquiera supo por que se arrojó al vació..................
Una pared de piedra, extendida de mar mar, dividía la isla de Fuerteventura y separaba sus dos reinosGuise era monarca de Maxorata; Ayose de Jandia. Sus continuas discordias acabaron cuando el muro fue alzado y el aislamiento hizo posible la tranquilidad y la convivencia sin hostilidades. Tanto Guise como Ayose t sus súbditos profesaban gran estima a Tibiabin la pitonisa. Adivinatoria como Guañameñe, el augur de Tenerife, y como Yoñe, el auraculo del el Hierro, sus vaticinios siempre se habían confirmado. Igual estima y respeto sentían por Tamonanate hija de Tibiabin, sibila como ella y consejera de gran predicamento, La voz de Tamonante era oída en las asambleas de los nobles a quienes exhortaba a cumplir sus juramentos y a mirar por el bienestar de los isleños. Ella cuidaba de las leyes no fuesen meras palabras dictadas en vano. Y Guise y Ayose quisieron conocer el porvenir de sus reinos y los acontecimientos que aguardaba asus vidas. Se reunieron con Tibiabin y Tamonante, las pitonisas de Fuerteventura. ¿ que fin es el que nos espera? Varios gánicos de leche vertió Tibiabin sobre el efequén invocando las señales del futuro. Tamonante, con el tafiaque de pedernal, sacrificó una pequeña baifa y entregó las vísceras a su madre. La sangre aún tibia y reciente sobre los despojos, en ella leyó Tibiabin. Llegarán gentes poderosas por el mar en sus casa blancas. No temáis ni le tratéis violencia antes bien, recibidle con alegría y entregaros a sus designios pues solo beneficios traerán a nuestra tierra. No agradó a Guise, tampoco a Ayose, lo que Tibiabin acababa de profetizar, mas nada dijeron. Marcharon silenciosos cada uno a sus dominios tras la ringlera de piedras del muro. La arribada de las naves de la expedición de Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle quebró la calma maliciosa de la isla. Loa europeos tardaron en revelar sus propósitos, les guiaban el afán de riqueza, el deseo de hacer esclavos para venderlos, y tanta era la ambición que entre ellos mismos gascones y normandos, se producían indisciplinas y desórdenes, desvíos y traiciones. Aprovecharon pues los isleños para sumar victorias en los combates y aniquilaron a los guardianes del castillo de Risco Roque, la fortaleza que habían edificado los invasores. Más Tibiabin y Tamonante auguraron grandes desgracias si no cesaban las hostilidades, si no rendían sus fuerzas y se doblegaban a los extranjeros........... ( continuara )
He soñado contigo sin saber que soñaba... En la gran chimenea crepitaban las llamas, la tarde se moría detrás de la ventana. Te he visto en mis sueños como un blanco fantasma, alto junco señido al aire de mi alma, te he visto ennoblecido por estrellas lejanas turbada por la fiebre de mi propia nostalgia. Sobre la alfombra, quieta , te sueño arrodillada, te sueño como a un príncipe de los cuentos de hadas, como a un vikingo rubio con escudo de plata. !Que bien quererte mucho hasta quedar exhausta¡ !Qué bien sentirme siempre, ¡Dios mio !...enamorada! Me da miedo el vació que me queda en el alma, el frió que me hiela cuando el hechizo pasa. Yo quiero amarte mucho, con un amor sin pausa, con un amor sin término, como los dioses aman, como los astros las bestias y las plantas. Siento celos del leño que acaricia la llama igual me abrasaría si tu me acariciaras.......
Duele tener el corazón encogido y angustiado! yo sé que mi silencio duele... pero no puedo actuar de otra manera, si hablara, yo sé que voy a herir aun más, si hablara sé que voy a lastimar mucho. Porque mucho fui lastimada, porque mucho oí y vi lo que no quería, y no puedo hacer a alguien sentir el mismo dolor, aunque ese alguien seas tu.